1. el jiva como chispa divina individual
- Naturaleza original divina:
Sri Aurobindo subraya que el jiva es esencialmente la expresión individual de lo divino infinito. Todo ser humano lleva en sí una chispa del Absoluto, que se denomina Jivatman (el verdadero Sí mismo). Este Sí mismo es inmutable y eterno, a pesar de los numerosos cambios y experiencias externas de la vida.
- Individuación y diversidad:
Aunque todos los jivas emanan de la misma fuente divina, se manifiestan en múltiples formas y personalidades. Esta individualidad sirve para experimentar y desplegar lo divino en innumerables formas de expresión.
2. la diferencia entre el Jivatman y el ser psíquico
- Jivatman - el yo eterno:
Sri Aurobindo hace una clara distinción entre el yo más interno e inmutable (Jivatman) y los diversos niveles de conciencia que se manifiestan en una persona. El jivatman permanece siempre conectado con lo divino, independientemente de las circunstancias externas.
- El ser psíquico - guía divino interior:
Además del jivatman, existe el ser psíquico o guía interior que se desarrolla en las profundidades del alma. Este ser trabaja activamente para conducir al ser humano a una conexión cada vez más consciente y profunda con lo divino. Recoge experiencias, guía el desarrollo y actúa como mediador entre el Jivatman infinito y los aspectos limitados de la vida individual.
3 Jiva y su relación con Prakriti
- Manifestación en la naturaleza:
Jiva entra en el mundo material para desplegarse en el juego de Prakriti (la naturaleza). Sri Aurobindo ve en la interacción de jiva y prakriti una dinámica cósmica en la que lo divino actúa a través de la diversidad de la creación.
- Función evolutiva:
A través de la interacción constante con el mundo material, el Jiva acumula experiencias que contribuyen a la evolución espiritual. Este desarrollo no es un proceso aleatorio, sino que sigue un plan consciente y cósmico en el que cada vida individual realiza una contribución al conjunto de la creación.
4 La naturaleza dinámica del Jiva
- Evolución continua:
Sri Aurobindo subraya que el jiva nunca es estático. Aunque el jivatman permanece eterno e inmutable, la manifestación de la conciencia individual -el jiva- está sujeta a un cambio constante. Este cambio se manifiesta en la expansión constante de la conciencia, en el giro hacia el conocimiento superior y, en última instancia, hacia la unión con lo Divino.
- Evolución mental, vital y física:
El jiva pasa por diferentes planos de existencia:
- Nivel mental: Aquí es donde se forman las primeras formas de pensamiento y sentimiento individuales.
- Nivel vital: Las emociones y la fuerza de voluntad desempeñan un papel central en este nivel.
- Nivel físico: El cuerpo como expresión de la existencia material constituye la base de todas las experiencias.
El desarrollo del jiva tiene como objetivo transformar estos niveles para que se acerquen cada vez más a la conciencia universal, supramental.
5 El jiva como parte integrante del plan cósmico
- Expresión creadora de lo divino:
Para Sri Aurobindo, el jiva no es un mero receptor pasivo de experiencias, sino un activo cocreador de la creación. A través de su experiencia y desarrollo individuales, contribuye a la manifestación y evolución continuas de lo divino.
- Meta de la unión:
En última instancia, el proceso evolutivo de la jiva se esfuerza por regresar a una unión consciente con el jivatman infinito. Esta meta de transformación espiritual, a menudo denominada evolución supramental, marca el camino desde la existencia limitada y egocéntrica hacia una vida consciente y omniabarcante en armonía con lo divino.
6. perspectiva resumida
Sri Aurobindo resume el significado de Jiva como:
- La expresión individual de lo divino infinito: Cada ser humano es una chispa viva de lo Absoluto.
- Un proceso dinámico y evolutivo: A través de la interacción con el mundo material y la guía interior del ser psíquico, el jiva se transforma y expande constantemente.
- Un actor central en el plan cósmico: La experiencia individual y el desarrollo espiritual de cada jiva contribuyen a la manifestación y realización continuas de lo divino en la creación.